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USA: 10 millones de empleos en cinco años…, más los 142.000 de agosto

09/09/2014 – Artículo publicado previamente en Cinco Días

Leo con gran sorpresa que algo tan genérico como “el consenso de analistas” o “el mercado”, se han llevado las manos a la cabeza con el último dato de paro de Estados Unidos. Allí se crearon 142.000 empleos netos nuevos en el mes de agosto. Parece ser que alguien esperaba que se generaran más de 200.000 empleos. Curiosamente, los mercados de valores -al menos, los norteamericanos-, ni se inmutaron: el DJ siguió su estela ascendente, el SP-500 -dicen los economistas y analistas con nombres y apellidos entrevistados por Bloomberg y por The Wall Street Journal- continuó imparable hacia el 3.000, tras haber pasado su record histórico de los 2.000 puntos. Estos analistas y economistas saben más que los anónimos “consensos y mercados”. He vivido en Estados Unidos en el último mes y medio y he visto trabajo y consumo en todos los rincones de América.

Es asombroso observar cómo muchos se dejan llevar como veletas por el último dato; y corren desaforados con pánico, sin orden ni concierto, sin criterio. De tal manera que, pareciera, según esos comportamientos, que un día Norteamérica va a comerse el mundo y, al día siguiente, va a hundirse en la miseria. Qué maravilla, frente al atolondramiento de los frívolos y superficiales, es fijar la atención en las tendencias, en la evolución, en las causas…, y en los efectos. De otra manera, la vida económica y empresarial es un sin vivir. La economía americana, como el propio país, está llena de contrastes. Pero tiene una lógica interna, sin la cual, no se entiende nada. Ejemplos hay muchos:

El primer trimestre del año 2014 nos dio el susto de la fuerte contracción del PIB en un -2,9%. Los frívolos se escandalizaron, y los libertarios dijeron: “si ya lo decíamos nosotros, Obama no sabe dirigir la economía y así está el índice de aprobación de su gestión, en mínimos históricos”. El Departamento de Trabajo estadounidense explicó el papel que el duro invierno había jugado negativamente en el crecimiento económico, porque se produjo una fuerte contracción de la demanda. Alguno se rió, pensando que se trataba de una excusa sin fundamento.

La realidad es que, desde 1939, este fenómeno -la influencia de la metereología en el desempeño económico- ya había sucedido: durante los 8 años en que Bill Clinton fue presidente (1993-2001), se crearon 22 millones de empleos o, lo que es lo mismo, una media de 240.000 empleos mensuales. Hubo una excepción: el invierno de 1996, cuando Clinton inició su segundo mandato, lleno de nevadas, debido a lo cual, se crearon, solamente 2.000 empleos menos en el mes de enero: 220.000, por tanto. Por lo demás, de todos es sabido que, con Clinton, gracias a las nuevas tecnologías e Internet, no solo hubo crecimiento económico y generación de empleo de calidad, sino también, fuertes aumentos de productividad empresarial (media anual del 3%, con aumento de la fuerza de trabajo, también cada año, del 1%).

El PIB creció el 4,2% en el segundo trimestre del año, así que “los analistas anónimos” se quedaron sin argumentos para atacar al presidente Obama: por supuesto, ese crecimiento se debió al inicio de la temporada de verano, de la misma manera en que hubo ralentización en el invierno. ¿Y qué pasó con el empleo? En los seis primeros meses del año, se generaron 1,4 millones de puestos de trabajo o, lo que es lo mismo, 240.000 empleos mensuales de media, como en la entera era Clinton. Y, esto, con decrecimientos del PIB (-2,9%, primer trimestre) y con aumentos del PIB (+4,2%, segundo trimestre).

Agosto no ha sido un mes tan bueno para el empleo, por los ya dichos 142.000 empleos generados en dicho mes en el sector privado. La tasa de paro, eso sí, descendió al 6,1%. Todo hace indicar que, el objetivo de llegar al 5,5% de tasa de desempleo llegará en 2016, a mediados de ese año, facilitando la labor del candidato/a demócrata que quiera suceder a Obama en la Casa Blanca. La tasa de participación quedó en el 59% (baja para los estándares históricos desde finales de la Segunda Guerra Mundial).

¿Quién encontró trabajo? Aquellos con mejores estudios y cualificaciones profesionales en dos sectores concretos de actividad: los Servicios Profesionales y las Tecnologías de la Información, así como en la Sanidad. En el primer caso, de todos es sabido que las TIC e Internet tienen un efecto de arrastre de la demanda, en el resto de sectores empresariales y en el consumo, que supone el 70% del PIB americano. En el segundo caso, parecería que la afluencia de millones de americanos con seguro médico, gracias a la Reforma Sanitaria de Obama (Obamacare, o Affordable Care Act) tiene efectos positivos en la economía, pues los pacientes requieren tratamientos, medicamentos, etc, a los que han de dar respuesta hospitales, laboratorios y personal sanitario -médicos, enfermeros/as-, que antes no eran menester: una vez más, se ha estimulado la demanda de productos y servicios y, por tanto, el consumo.

De acuerdo, 142.000 empleos con un crecimiento del 4,2% de PIB son pocos puestos de trabajo. ¿Son muchos 268.000 al mes, en el primer trimestre, con un decrecimiento del PIB del -2,9%? Intuyo que también. Luego, ¿con que cifra nos quedamos? La respuesta es terminante: con ninguna. Examinemos qué ha pasado desde que se inició la recuperación económica en junio de 2009: el PIB ha crecido una media del 2,2% y se han generado 10 millones de puestos de trabajo en el sector privado en los últimos 54 meses. Es el período más largo de creación de empleo desde 1939, en Estados Unidos. Y esta es la tendencia que verdaderamente importa.