Blog

Hillary Clinton ha de “resetear” su estrategia electoral

6 / 09 / 2016 – Artículo publicado previamente en el blog “EE.UU. y mercados emergentes” de CincoDías.com

Cuando llegué a Estados Unidos, hace casi ya dos meses, Hillary Clinton ganaba en estimación de voto a Trump por una diferencia de más de 20 puntos porcentuales. Cierto que ambos candidatos generaban -lo siguen haciendo- polarización y rechazo, por motivos distintos. Del caso Trump he hablado por extenso, y lo seguiré haciendo. De Hillary siempre he dicho que necesita ganarse a un electorado que, en dos tercias partes no confía en ella por considerarla deshonesta.

La Convención Republicana en Cleveland fue un desastre para los conservadores: líderes históricos del partido no acudieron a la cita, los expresidentes y ex candidatos republicanos del último cuarto de siglo rechazaron públicamente a Trump, hubo acusaciones -fundadas- de plagio en el discurso de Melania Trump (por cierto, Trump NO ha escrito sus libros aunque él dice que sí y próximamente probaré que lo que digo es cierto), desunión, y excandidatos como Ted Cruz salieron a la palestra para criticar abiertamente a “su” candidato. Peor imposible. Trump se hundió en las encuestas. Poco después, Trump de deshizo de su primer equipo de campaña, que también se había hecho famoso por canear a periodistas y desafectos en los mítines.

En cambio, Hillary salió triunfante de Filadelfia. Unidad. Dos expresidentes con muy altas cotas de popularidad -Bill Clinton, Barack Obama- dijeron que era la mejor candidata posible. Las minorias, por encima del 80% apoyando su candidatura. El díscolo Bernie Sanders tuvo que apoyar públicamente a Hillary, entregarle sus delegados y pedir a sus seguidores que votaran a Clinton. Un elevado porcentaje de jóvenes ahora apoya a Hillary, que triunfaba en las encuestas.

Y, de repente, el verano. En las primeras semanas, Trump sigue metiendo la pata o, más bien, metiéndose con casi todo el mundo alienando a potenciales aliados y electores. Ha de llevar a cabo una segunda reestructuración de su equipo electoral, que le provee de encuestas y de mensajes: él, se deja llevar y, por arte de magia, empieza a aumentar su estimación de voto. En cambio, la de Hillary cae poco a poco y de 20pp de diferencia, pasa a 10 y de ahí a 4. ¿Cuál es la causa? La forma en que Hillary ha manejado ante los medios de comunicación y la opinión pública la cuestión de “los emails”. Dos ejemplos de ayer: ella había dicho que solo utilizaba un teléfono o dispositivo. El FBI reveló ayer que, en realidad fueron 13: 5 ipads y 8 teléfonos inteligentes, que fueron destruidos a martillazos al igual que desaparecieron 30.000 emails. Peor aún: Hillary Clinton, una de las mujeres más inteligentes, dice que ignoraba que la letra “C” en sus correos electrónicos del Departamento de Estado significara “Confidencial”. Nadie la cree. Un íntimo amigo mío estaba con ella cuando Julian Assange (Wikileaks) dijo a la cadena Fox que “en octubre revelaremos miles de emails y actuaciones de la Fundación Clinton que dejarán a Hillary fuera de la carrera electoral y la sentarán en el banquillo”. Según mi amigo, a Hillary se le cambió la cara. Hillary dice no recordar muchos de los hechos relacionados con los emails porque, por aquellas fechas tuvo una caída y una fuerte contusión cerebral.

Al final, como casi siempre, a casi nadie le interesa la verdad, sino la verosimilitud, la apariencia de verdad. Los republicanos la atacan con estos argumentos y, gracias a Dios -para Hillary- que Trump anda enganchado en sus propias polémicas sobre deportaciones, muros y demás. Pero si Trump se centra en estas cuestiones en los debates electorales televisados, Hillary tendrá problemas. La agresividad de Trump le pasará por encima como un tsunami.

Hillary debe “resetear” su campaña. Renovar para mejorar su relación con los medios, por mucho que le cueste, puesto que desconfía de ellos (3 meses sin una rueda de prensa). Y gestionar con inteligencia la cuestión de los emails. En la CIA hay un refrán que dice: “la mejor manera de conseguir que una bomba no cause daños es evitar que explote”. Hillary tiene que desactivar las bombas de la Fundación de su marido, los emails y demás acusaciones para llegar limpia a los debates.